15 de julio de 2011

Nueve nuevas profesiones para el individuo conectado, que hay más allá del Community Manager?

Después de unos días de mucha escritura y poca lectura descubro  este interesante estudio del Institute for the Future (IFTF), Future Work Skills 2020, descargable en PDF y que realiza una interesante prospección acerca de los cambios en las competencias necesarias para los puestos de trabajo del futuro.

Coincide con una propuesta de Jesús Martínez acerca de los puestos de trabajo de futuro en el sector del conocimiento, el trabajo colaborativo, etc. que empieza a encontrar respuesta en el ejercicio que iniciamos… No está mal, tal y como están las cosas, abrir, más allá de un Community manager que está empezando a  dedicarse a múltiples y diversas tareas, futuros filones de ocupación.

Los elementos que cambian, que determinan las nuevas habilidades, competencias y, añadimos, profesiones, son:

1.    La longevidad extrema: El aumento de la esperanza de vida a nivel global cambiará la naturaleza de lo que es una carrera en el mundo laboral y las formas de emprender cualquier iniciativa vinculada con el aprendizaje (a este respecto, en el último párrafo describo una nueva profesión, el Experto en Aprendizaje)

2.    La aparición de las máquinas y sistemas inteligentes: La automatización en el lugar de trabajo hará que “los trabajadores humanos” dejen de realizar tareas rutinarias y repetitivas.  (Recordar la importancia de formar las capacidades ligadas al hemisferio derecho de nuestros cerebros, así como la idea de que “ahora que tenemos todas las respuestas falta que formulemos las preguntas adecuadas, que tomemos decisiones sobre los caminos a tomar)

3.    La consolidación de un mundo computacional: La cada vez más creciente presencia de sensores y el poder ilimitado del procesamiento transformarán al mundo en un sistema programable (la profesión de analista de datos será la que trabajará este aspecto)

4.    La nueva ecología de los medios de comunicación: Que requiere de nuevas alfabetizaciones comunicacionales que van más allá del mero texto. (la profesión de experto en comunicación y psicología social será importante a este respecto)

5.    La presencia de organizaciones superestructuradas: Las tecnologías sociales movilizarán nuevas formas de producción y creación de valor.

6.    Un mundo globalmente conectado:  (la más importante y disruptiva, la que cambiará con más fuerza lo que conocemos, especialmente en cuanto a la emergencia de un nuevo individuo, el individuo conectado, que estudiar y formar, como veremos)

Las nuevas habilidades o competencias necesarias serán, como podemos ver en el gráfico:


1.         Dar sentido.

2.         Inteligencia social.

3.         Pensamiento adaptativo y novel: Es la habilidad de pensar y encontrar soluciones y respuestas más allá de lo que la memoria dicta o basándose en reglas. (lo hemos llamado anteriormente intuición, flexibilidad, observación y cambio, beta permanente, etc.)

4.         Competencias transculturales (es necesario recuperar la función del antropólogo en los medios sociales)

5.         Pensamiento computacional. (también relacionado con la intuición, flexibilidad, observación y cambio, beta permanente)

6.         Alfabetización en “nuevos” medios (en cuanto a formato pero sobre todo en cuanto a su carácter interactivo, social, que los acerca a las tradicionales ciencias sociales)

7.         Transdisciplinariedad (nos acercamos, creo, a perfiles profesionales más amplios que nunca antes. La importancia reside en el proyecto concreto de estudio, que siempre requerirá, además, de un equipo multidisciplinar enredado)

8.         Mentalidad orientada al diseño (Design Mindset)

9.         Gestión de la carga cognitiva: Entendida como la capacidad de discriminar y filtrar la información por orden de importancia, y para entender cómo aprovechar al máximo el funcionamiento cognitivo mediante una variedad de herramientas y técnicas. (Desde el documentalista al “curador” de contenidos a los expertos en productividad)

10.     Colaboración virtual.


A pesar de ser consciente de que investigaciones recientes en usabilidad observan que en las pantallas leemos en F y de que muchos no llegarán ya a este punto de la entrada ,  desarrollo a partir de aquí una prospección de las profesiones de futuro, que también tendrán que ver con algunas de estas habilidades o competencias pero que creo que, por su importancia, tendrán entidad como profesiones en sí mismas.

Se trata de extender el trabajo del Institute for the Future y aventurar una primera aproximación al tema. Estas podrían ser, más allá del Community manager, las nuevas profesiones para la sociedad aumentada, para la nueva hipersociedad:


1.         Analista de datos, relacionada con la visualización, las posibilidades crecientes para el estudio social pero también para otras muchas disciplinas de lo que también se denomina “Datamining” y que trata de la nueva abundancia de datos para monitorizar, describir, estudiar y predecir que genera un mundo conectado.

2.         Psico-comunicólogo social, del ser humano conectado, en constantes procesos de comunicación, experto en persuasión e influencia y conocedor de las diferencias psicológicas entre el individuo social y el nuevo individuo conectado. Llevo un tiempo pensando que en un contexto de medios sociales, de auto-comunicación de masas, como nos decía Castells, de individuos conectados convertidos en medios, la comunicación se hace indistinguible de la psicología social, haciendo necesario el surgimiento de una disciplina híbrida entre ambas.

El perfil es similar al que entendemos por Community Manager pero mucho más ligado a los procesos de participación y menos a las características concretas de cada marca de red social virtual. También resulta, obviamente, parte fundamental de la tarea del community, de forma que, según me consta, algunos programas universitarios en comunicación ya están dando algún espacio a este aspecto.

3.         Prospector de negocio, Innovador, capaz de crear nuevos modelos de negocio, nuevas oportunidades. Tiene que ver con la observación y la flexibilidad y está en íntima relación con el analista de datos, ejecutando, poniendo en práctica las ideas que derivan de la observación objetiva del primero de la riqueza de indicios, indicadores, tendencias, etc. en la web.

4.         Innovador – Emprendedor social:  Similar pero vinculado al activismo, ligado a la reestructuración o reinvención de esta nueva sociedad de individuos conectados, en la que no solo aumentan las posibilidades de conocer lo que somos sino también de proyectar lo que queremos llegar a ser.

5.         Antropólogo intercultural, del ser humano conectado: Cuando los negocios están cada vez más globalizados, el análisis cultural es importante y puede significar el éxito o fracaso de cualquier mensaje en los social media. La antropología, para el individuo conectado con las más diversas culturas, sigue siendo fundamental.

6.         Curador de contenidos, Cuya definición da para una articulo completo y se las adjunto en el siguiente link: http://bit.ly/cIvG5o

7.         Organizador de la inteligencia colectiva, muy parecido al psicocomunicólogo social pero orientada a resultados, a la obtención de productos de conocimiento útiles para la organización. También el profesor tradicional debería incluir en su actividad, como hemos visto en otras ocasiones, este importante aspecto. En todas las profesiones creativas, creo, es necesario dejar de ver internet como el enemigo y empezar a explotar las posibilidades de la inteligencia y la creatividad colectivas.

8.         Experto en aprendizaje

Para la educación, como hemos dicho en otras ocasiones, el aprendizaje, el estudio de los procesos cognitivos y motivacionales ligados al mismo, se convierten en centrales. Cuando es posible monitorizar y aplicar analíticas, programar feedbacks al aprendizaje online, haciendo mucho más potente el aprendizaje autónomo, cuando la longevidad nos lleva a pensar en aprendizaje para toda la vida y lo importante es saber solucionar la que llamo la brecha de aprendizaje, la ausencia de ganas de aprender en cada etapa vital, el estudio de los procesos tanto de la motivación como de la adquisición de nuevos conocimientos a nivel científico, desde la psicología experimental o la neurobiología se hacen fundamentales.

Son muchos los nuevos datos que podremos analizar y por tanto es mucho lo que podremos aprender de cómo aprendemos y/o nos motivamos hacia el aprendizaje los seres humanos. Todo ello sin olvidar los factores sociales y culturales, también, del aprendizaje, que pueden ser medidos, como veíamos, también con mayor precisión.

La profesión de educador, de profesor, de gestor de la formación, se vincula con más fuerza al estudio de cómo se adquiere y transmite el conocimiento, necesita de la ciencia en mucha mayor medida que nunca antes. El experto en aprendizaje, su base científica y su especial vinculación con la psicología experimental y cognitiva, resultan imprescindibles.

9.         Experto en participación

Es importante en momentos de cambio como los que vivimos y como también hemos dicho en muchas ocasiones, educar una participación que no en todas las generaciones ni con la calidad deseada se produce de forma espontánea. Lo vimos al hablar del 15M: lo que vivimos es una eclosión de las posibilidades de participación en la web que los jóvenes y no algunos políticos, conocen, desean y reivindican. En un futuro de democracia 2.0, realmente participativa, de gestión política y no solo campañas de conversación en las redes sociales, la brecha de participación sería realmente grave.

Al final, cuantas más son las posibilidades que nos abre la sociedad red, cuanto mayor es la promesa de hacernos, como sociedad y como individuos, más grandes, más grave se hace la posibilidad de quedar excluido. El experto en participación será maestro en mostrar las posibilidades de formación, subsistencia, crecimiento personal, cambio social, empoderamiento en general que una apropiación adecuada de la web es capaz de proporcionar a cada perfil de población, solucionando así una brecha de apropiación (no uso la web porque no cubre ninguna de mis necesidades actuales) que tiene mucho de desconocimiento.

Fuente: El Caparazón.

12 de julio de 2011

10 razones por las cuales el ciberespacio es el nuevo campo de batalla global

La próxima gran revolución o guerra mundial podría empezar en el ciberespacio; hacktivistas asociados a Anonymous proclaman estar modificando el escenario geopolítico


¿Serán los hackers los grandes caudillos de las revoluciones del siglo XXI? En un mundo donde las corporaciones y los gobiernos ejercen un claro e insalvable dominio militar y económico, es difícil vencer en el campo de batalla tradicional, pero al moverse cada vez más el mundo al ciberespacio, algunos entusiastas creen que se abre una flamante posibilidad.

Activistas y ciber-téoricos que se aglutinan alrededor de hackers y piratas informáticos como Anonymous y  el recientemente disgregado LulzSec creen que estamos viendo el surgimiento de un nuevo escenario de empoderamiento civil, en el que la plaza pública se convierte en el espacio digital, una red descentralizada cuya protesta viral se ejerce a través de la acción cibernética, en un terreno aún no definido (¿califica como violencia un ataque de D-DoS? ¿Es una declaración de guerra publicar archivos clasificados?). Si la información es poder (es el poder) entonces tal vez el ciberespacio, al transformar el espacio físico en información, la realidad en virtualidad, ciertamente se erige como el nuevo campo de batalla, en el que por enésima vez los muchos intentarán despojar a los pocos que detentan la gran mayoría de los bienes (el pastel físico y metafísico del planeta).  ¿Tendrá esta futura revolución su justicia poética o será una nueva farsa en la que lo único que ocurre es un reacomodo de los nombres para la continuidad del sistema (y las personas que secretamente lo rigen)?  ¿Se alzarán los geeks y los nerds con espadas virtuales sobre al abismo donde yace el Leviatán de la historia? ¿O son Anonymous y los demás movimientos de hacktivismo los nuevos enemigos necesarios creados para satisfacer la dialéctica del poder y militarizar el ciberespacio, de la misma forma que el terrorismo o el comunismo fue usado para dinamizar la industria militar en su momento?

Es muy prematuro concluir en favor de alguien, pero mientras tanto les compartimos estos diez puntos, en los que hacktivistas vinculados con Anonymous exponen por qué el ciberespacio será donde inicie la gran guerra del futuro:

1.- La nueva generación de hackers se muda de una economía psíquica basada en el lulz (las bromas digitales por el simple hecho de perturbar a los demás) a una actitud política y socialmente involucrada con los eventos mundiales. La “politización de 4chan”, el nacimiento de Anonymous y el apoyo mundial a WikiLeaks sientan las bases para un nuevo hacktivismo con una conciencia y una escala nunca antes vistas.

Los nativos digitales están viendo su libertad de navegar por el éter cibernético amenazada por las políticas globales de control de Internet, y esto los ha radicalizado. Recuerden que estas son las personas que respiran, comen y duermen en Internet y por lo tanto saben moverse (y agitar la Red) con mayor destreza que las personas que hacen las leyes y ponen las firmas.

2.-  Esta nueva generación que despierta políticamente (o que amenaza con despertar) a través de Internet ha crecido en una red de información interminable, fluyendo en un sofisticado río de intercambio memético  y en este sentido está naturalmente capacitada para entablar una guerra informática, con mayor velocidad y adaptabilidad que las viejas generaciones que detentan el poder. Los senadores en el Congreso, los Rockefeller y demás miembros de esta élite financiera no tienen nada que hacer en el terreno del manejo de la información pura y la programación de los espacios digitales contra un niño de 14 años con una buena conexión a Internet en un garage (aunque claro, ellos pueden apagar el Internet).


3. Los nativos de la Red tienen un sentido de identidad sin fronteras, en el que cada vez más las fronteras nacionales tienen menos significado. Esto se debe a que todos los días pueden interactuar indistintamente con personas que están en Texas, El Cairo o Helsinki, y las diferencias entre las narrativas nacionales se borran. En cambio se definen acorde a los roles y actividades que llevan en línea, sus valores y posturas políticas: una nueva clase internacional inmaterial de solidaridad online que se mantiene más allá de la territorialidad.



4. La intensidad de la retroalimentación en tiempo real alimenta el fuego; cualquier persona puede medir los resultados conforme van sucediéndose en el escenario global. Esto alimenta el ego de los grupos de hackers que se entusiasman al ver su trabajo reflejado en la caída de las acciones de una empresa que han atacado o de los aprietos en los que han metido a tal o cual político. Al mismo tiempo sus ataques se ven estimulados por el apoyo instantáneo de las comunidades de internautas, lo cual eleva la moral de las tropas (LulzSec, por ejemplo, recibió $7000 en bitcoins en un día).


5. Nace una nueva ética mundial entre los hackers: un hack a la vez. Ver reflejadas sus acciones en cambios positivos puede hacer que estos grupos vayan formulando una nueva ética planetaria, que a diferencia de los planteamientos teóricos de la filosofía moderna puede aplicarse de manera tangible y determinante en los nuevos escenarios de nuestra realidad colectiva. Entre la euforia de golpear a un grupo como Monsanto o atacar a Mastercard , los hackers van descubriendo algo trascendente y revelador: el viaje de poder de ayudar a la gente (el éxtasis de Robin Hood, la redención de la anarquía). Como el héroe de la película V for Vendetta, los hackers podrían aprender a fraguar el más sublime acto: el sacrificio por el bien común.


6. La diversidad de grupos de hackers como Anonymous, tanto en sus miembros (en teoría, cualquier persona en el mundo), como en sus tácticas de ciberataque: desde las técnicas más básicas como las inyecciones de SQL y los ataques de DDoS, hasta el  uso de LOIC (Low Orbit Ion Cannon). Todo esto sugiere un ejército open source con una gran flexibilidad y adaptabilidad.


7. Los gobiernos están respondiendo con un esfuerzo concertado para reformular las actividades cibernéticas como crímenes contra el estado y el capital.  No hay duda que el hacktivismo será pronto elevado a una forma de terrorismo.  Esto recuerda a la reformulación de las narrativas de movimientos laborales a lo largo del siglo 19 y 20 como enemigos del Estado.

En la cumbre del G-8 de este año se empezó a discutir ya la posibilidad de endurecer el control de la Red en aras de la seguridad nacional. El Reporte de Primavera de la OTAN por primera vez se refirió a Anonymous y empezó a utilizar palabras como  “ciberterrorismo” y “ciberguerra”.

Esto eventualmente acabará en una gran confrontación, entre aquellos para los cuales Internet encarna el espíritu de libertad popular y aquellos para quienes Internet es un sofisticado sistema de control, espionaje, vigilancia y marketing ontológico.


8. Anonymous ha empezado a realizar programas de mayor proactividad, reclutando miembros e impartiendo entrenamiento. Además de entrenar prospectos para su armada digital anónima y difundir herramientas de hacking, las lecciones están orientadas al aumento generalizado de una ciberconciencia, enseñando a utilizar proxies, a encriptar datos y a proteger la identidad en línea.


9. Al mismo tiempo que el hacktivismo crece, los gobiernos del mundo están entrando en una carrera para reclutar “ciberguerreros”, extraer o extorsionar a hackers para incrementar su muralla de defensa y crear un ejército de “sombreros blancos”.


10. Más allá del hacktivismo, en la actualidad se desarrollan armas cibernéticas capaces de hacer daños profundos a la infraestructura de un Estado-nación. El primer gran ejemplo de lo que puede venirse es el complejo gusano bélico Stuxnet, utilizado por Estados Unidos e Israel para afectar el programa nuclear de Irán. En la medida en la que se incrementa la dependencia a la tecnología informática para realizar actividades de seguridad nacional también se abre una brecha de vulnerabilidad para ser atacado seriamente por estas vías. Asimismo, avances en inteligencia artificial, nanotecnología y la implementación de chips al cuerpo humano harán cada vez más diversa y compleja la panoplia de armas cibernéticas y usos del hacking en un futuro cercano. Si bien podríamos tener máquinas hiperinteligentes o seres aumentados para ser una especie de superhumanos cibernéticos, estos también podrán hackearse.

Autor: pijamasurf